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13 de agosto 2019
Con los desarreglos climáticos actuales, alcanzar la seguridad alimentaria exigirá la modificación de los comportamientos alimentarios, el desarrollo de tecnologías adecuadas y la instauración de políticas económicas adaptadas.
El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (GIEC) ha publicado en el mes de agosto el primero de los tres Reportes Especiales previstos en el corto plazo. El reporte publicado es el de Cambio Climático y Tierra y reviste una importancia capital. El GIEC enfatiza que garantizar la seguridad alimentaria mundial en una situación donde el cambio climático no es un asunto que se pueda resolver simplemente con una evolución tecnológica. Este propósito requiere un marco de políticas económicas cuidadosamente elaborado y, al nivel individual, cambios considerables de comportamiento en nuestro consumo alimentario.
Este reporte actualiza el conocimiento sobre el tema y de manera particular utiliza los resultados de una serie de reportes que lafaimexpliquee.org ya ha tenido la oportunidad de comentar (por ejemplo, consultar aquí y aquí).
El informe expone un conjunto de hechos fundamentales ligados al tema de la tierra y el cambio climático, con referencia particular a la cuestión alimentaria, de la cual nuestros lectores están bien informados. En especial, hace una estimación del papel de la alimentación en la generación antropogénica de los gases de efecto invernadero (21 a 37 %), lo que felizmente concuerda con la estimación realizada por Lafaimexpliquee en 2016 (ver) y que es sustancialmente más elevada que las cifras actualmente en uso, que excluyen las emisiones ligadas a las actividades precedentes y siguientes a la producción agrícola pero que son parte integral del sistema alimentario mundial.
El reporte del GIEC afirma con contundencia que más del 70 % de la tierra está directamente afectada por la actividad humana. Estas actividades tienen consecuencias sobre el estado del suelo y la vegetación, además de un impacto sobre el clima. Además, enfatiza que hay pruebas sólidas de que el cambio climático tiene un impacto negativo sobre la seguridad alimentaria.
Se destaca que «El nivel de riesgo creado por el cambio climático depende tanto del nivel de calentamiento como de los cambios en los modelos de población, consumo, producción, desarrollo tecnológico y uso del suelo» y remarca en particular los riesgos que representan las tecnologías de producción alimentaria con uso intensivo del agua. Es decir, nosotros tenemos la posibilidad de reducir aquellos riesgos vinculados al cambio climático que se relacionan directamente con la producción alimentaria.
A partir de ese análisis basado en evidencias, el reporte del GIEC formula varias recomendaciones como la protección de ecosistemas con altas emisiones de carbono como: turberas, humedales, praderas, manglares y bosques; así como el mejoramiento del manejo de carbono existente en el suelo. También advierte que algunas soluciones como la reforestación y los biocombustibles podrían tener efectos negativos como la desertificación, la degradación de los suelos la seguridad alimentaria y el desarrollo sostenible si son ejecutado en escala muy extensiva.
El reporte, además, recomienda fuertemente la lucha contra la desertificación y el mejoramiento de las prácticas de ganadería a fin de disminuir la emisión de gases de efecto invernadero, así como la reducción del desperdicio de alimentos. Estas acciones contribuirán a frenar el cambio climático.
Una gran parte de los cambios que se necesitan requerirán ser sustentada por un marco de políticas para la estricta zonificación del uso del suelo, la planificación espacial, el establecimiento de regulaciones e incentivos financieros y algunas otras. Por eso, el Resumen para formuladores de políticas (leer en inglés) brinda un buen marco de referencia para cualquier país cuyos líderes estén genuinamente interesados en desarrollar políticas y programas apropiados.
El reporte también enfatiza que los cambios que se necesitan se acompañarán con importantes beneficios económicos y sociales para los grupos poblacionales más vulnerables y con acciones para la reducción de la pobreza. Este es un asunto fundamental que normalmente se soslaya, ya que ofrece una oportunidad para que quienes se niegan a cambiar afirmen erróneamente que las medidas para promover un sistema alimentario más sostenible y respetuoso con el clima tendrían un efecto negativo en el desarrollo económico y social. Tales afirmaciones buscan, sobre todo, proteger los intereses de quienes obtienen enormes beneficios de la expoliación de los recursos naturales y se formulan sin sustento ni rigor científico (consultar).
Finalmente, el GIEC dice claramente que para volver a nuestros sistemas alimentarios más sostenibles y favorables al clima, cada uno de nosotros, al nivel individual, deberá cambiar sus hábitos alimentarios para adoptar un régimen de alimentación mas sostenible y sano, algo que este medio ha afirmado por mucho tiempo. Este régimen alimentario mejorado se caracterizará por un consumo moderado de carne, el consumo de alimentos producidos estacionalmente en los territorios cercanos (hasta donde sea posible) y por los esfuerzos sistemáticos para reducir el desperdicio de alimentos.
Debemos alegrarnos de que el GIEC no limita sus recomendaciones a recomendaciones tecnológicas, como venía siendo el caso, sino se amplia para cubrir el área de las políticas económicas y del comportamiento individual. Solo avanzando en esos tres frentes es que podremos reforzar las capacidades de nuestros sistemas alimentarios para asegurar la seguridad alimentaria de la población mundial.
Esperamos que los gobiernos, la sociedad civil y los operadores privados adoptarán con seriedad las soluciones contenidas en el reporte del GIEC. Solo bajo esas condiciones es que seremos capaces de evitar un aumento excesivo de la temperatura global del planeta y todo lo malo que ello conlleva.
(Traducido por Byron Ponce-Segura)
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Para más información (en idioma original):
•IPCC, Climate Change and Land, Un reporte especial del GIEC sobre cambio climático, desertificación, degradación de suelos, manejo sostenido del suelo, seguridad alimentaria y flujo de gases de efecto invernadero en los ecosistemas terrestres. GIEC, 2019 (en inglés).
•IPBES, Communiqué de presse: Le dangereux déclin de la nature : Un taux d’extinction des espèces « sans précédent » et qui s’accélère, Plataforma intergubernemental sobre la biodiversidad y los servicios ecosistémicos (IPBES), 2019.
•R. Scholes, L. Montanarella et al., Summary for policymakers of the thematic assessment report on land degradation and restoration of the Intergovernmental Science-Policy Platform on Biodiversity and Ecosystem Services, IPBES 2018. Descargar el documento en formato PDF aquí: Summary for policy makers.pdf (en inglés únicamente).
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Última actualización: Agosto de 2019
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